Nació en Santiago el 21 de octubre de 1927. Perteneció a una rica familia de inmigrantes sirios, de la cual heredó una cuantiosa fortuna. Estudió en el colegio Saint George’s y posteriormente ingresó al Seminario de Santiago, período en el que también cursó estudios de Teología en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Entre 1987 y 1992 asumió el liderazgo de la Vicaría de la Solidaridad, institución que sostuvo una persistente lucha en defensa de los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet. Ejerció múltiples cargos en la Iglesia, destacándose como obispo auxiliar, vicario general y moderador de la curia arzobispal. En 1992 asumió como vicario de la Pastoral Social. El 26 de septiembre de 2003 encabezó la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, posteriormente conocida como Comisión Valech. Murió el 24 de noviembre de 2010 víctima de un cáncer, a los 83 años.

El 4 de octubre de 1973, la Iglesia Católica, junto a otras instituciones religiosas, creó el Comité de Cooperación para la Paz, encargado de amparar a quienes sufrían persecución política a causa de su apoyo al gobierno de la Unidad Popular. En 1976,  el Cardenal Raúl Silva Henríquez, por Decreto Arzobispal, creó  la Vicaría de la Solidaridad, cuyo propósito fue continuar y profundizar las acciones de defensa iniciadas por el Comité. La labor de la Iglesia católica fue sustantiva en la defensa de los derechos humanos vulnerados, y Sergio Valech cumplió una labor crucial en el ejercicio de su cargo en la Vicaría y luego a la cabeza de la Comisión sobre Prisión Política y Tortura.

Su actuar público en defensa de los perseguidos y perseguidas durante la dictadura, y su rol en la denuncia de violaciones a los derechos humanos de chilenos y chilenas han sido ampliamente reconocidos por los distintos sectores de nuestro país. En junio de 1987, Valech fue designado para encabezar las labores de la Vicaría de la Solidaridad. 

Desde 1986, el fiscal militar Fernando Torres Silva, había seguido de cerca los pasos de esta organización eclesiástica, con el propósito de investigar a algunos de sus integrantes presuntamente implicados en la muerte de un carabinero. Existían casos de heridos que eran atendidos por los equipos de salud de la Vicaría y referidos a alguna de las clínicas con las que existían convenios para su atención mayor, si se necesitaba. Al parecer, habrían llegado heridos los supuestos implicados, y la Vicaría tenía el registro de sus fichas. El fiscal Torres intentó acceder a dicha información, pero la Vicaría negó el acceso a ellas. El asunto llegó a la Corte Suprema, y esta ordenó hacer entrega de la información requerida por el fiscal. Monseñor Valech señaló: “Yo acato la decisión de la Corte Suprema, pero no voy a aceptar violar mi conciencia, por lo tanto, acepto las consecuencias, pero no se entrega la información”.

El riesgo personal que corría Sergio Valech al enfrentar el poder del régimen por defender a los perseguidos y perseguidas fue una señal clara del rol social que en ese momento asumía la iglesia Católica. Finalmente, la decisión del vicario, respaldada por la jerarquía eclesiástica, fue respetada y no se entregaron las fichas de las personas presuntamente implicadas.

El fin de la dictadura no detuvo el interés de Sergio Valech por la defensa de los derechos humanos, y continuó su labor, en 1992, como vicario de Pastoral Social, institución creada para proseguir la labor de promoción de los derechos humanos en el nuevo contexto de recuperación democrática. Fue el Presidente de la Fundación de Documentación y Archivo de la Vicaría de la Solidaridad desde su creación.

El año 2003, el entonces presidente de la República, Ricardo Lagos Escobar, lo nombró presidente de la Comisión Nacional de Prisión Política y Tortura, organismo que se encargó de recoger y registrar la nómina de las personas torturadas y privadas de libertad por motivos políticos durante la Dictadura. El 24 de diciembre de 2004 Sergio Valech hizo entrega al presidente del Informe de la Comisión (conocido también como Informe Valech), basado en el testimonio de alrededor de 35.000 chilenos y chilenas detenidos y vejados. Un segundo informe fue entregado el 18 de agosto de 2011, ya fallecido monseñor Valech, en el cual se acreditó un total de 40.018 víctimas. Estos informes han servido para el establecimiento de la verdad y para la entrega de beneficios y reparaciones a las personas afectadas, establecidos en la Ley Nº 19.992.

El genuino compromiso de monseñor Sergio Valech no solo se reflejó en la defensa permanente de los derechos humanos de los perseguidos, sino también en importantes donaciones. Así, hizo entrega de 7500 millones de pesos para la construcción del nuevo edificio de la Posta Central, y 1200 millones para la construcción del Centro de Salud Familiar en Boyeco, entre otros aportes destinados a obras sociales. Gracias a su esfuerzo, en la actualidad se ha podido conocer en detalle lo ocurrido en relación con las violaciones a los derechos humanos durante el período 1973-1990, y se ha podido establecer, en función de ello, medidas compensatorias para las víctimas de prisión política y tortura. Hoy, su humildad y su valentía son un ejemplo de humanidad para las nuevas generaciones.

 

Fuentes:

Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).

Arzobispado de Santiago. (2002). Seminario: Iglesia y derechos humanos en Chile. Santiago: LOM Ediciones.

Bustamante, C. (2004). Vicaría de la Solidaridad: Una experiencia sin fronteras. Santiago: CESOC. Ventrosa Impresores, El Mercurio (2010, 27 de nov.).

Valech. S. “Entrevista póstuma con monseñor Sergio Valech”. El Mercurio.