Sergio Concha Rodríguez (1931-2020) se ganó el apodo de “abogado anónimo” en referencia al bajo perfil que cultivó mientras defendía a cientos de ciudadanos chilenos a quienes la dictadura militar había quitado sus derechos fundamentales.

Estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Chile, titulándose de abogado a los 24 años. Posteriormente, siguió la vocación sacerdotal ingresando a la congregación de la Sagrada Cruz (Holy Cross) y doctorándose en Teología en Italia, donde vivió durante cinco años. De regreso a Chile, se desempeñó como profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile y como párroco en la comuna de Lo Barnechea.

En 1974, poco después del Golpe Militar, responde al llamado del Cardenal Silva Henríquez y es de los primeros abogados que se incorporan al recién constituido Comité de Cooperación por la Paz en Chile. Allí asume la redacción de los primeros recursos de amparo a favor de quienes se encontraban detenidos/as y presenta las primeras querellas por desapariciones forzosas.

Su labor como abogado de Derechos Humanos la continúa en la Vicaría de la Solidaridad. Al cierre de esta, trabajó en la Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU) y en la Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (FASIC) y en el Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior.