«Vemos partir a una mujer inclaudicable, sempiterna, imprescindible”.


Luisa Toledo, madre de Rafael, Eduardo, Pablo y Ana Luisa, trabajó en la Vicaría de la Solidaridad durante la dictadura militar. Murió a los 82 años en su casa de siempre en Villa Francia, rodeada del amor de su familia, de sus amigos y vecinos.  

«En esta fría mañana de julio, orgullosas y orgullosos vemos partir a una mujer inclaudicable, sempiterna, imprescindible”, expresó su familia. La vida de Luisa cambió para siempre el 29 de marzo de 1985. Ese día, durante un operativo de Carabineros en Villa Francia, fueron asesinados sus hijos Rafael y Eduardo Vergara Toledo. La Comisión Rettig, en su Informe de 1991, ratificó la directa responsabilidad de tres carabineros en los hechos. «La Comisión ha llegado a la convicción de que Rafael Vergara fue ejecutado por agentes estatales, estando ya herido y en poder de quienes lo mataron, en violación de sus derechos humanos. Respecto de su hermano, Eduardo Vergara, no pudiendo la Comisión determinar las circunstancias precisas en que se produjo el enfrentamiento ni la participación que él hubiera tenido, considera que pereció víctima de la situación de violencia política».

Tres años después, en 1988 en la ciudad de Temuco, perdió la vida Pablo Vergara Toledo, otro de sus hijos, a causa de la manipulación y explosión de una bomba. Luisa continuó, con estas tragedias familiares a cuesta, dando una lucha constante en favor de los movimientos ciudadanos y en defensa de los derechos humanos en dictadura y también en democracia. Se le pudo ver hace poco, en octubre de 2019, y en medio del estallido social, protestando junto a los jóvenes en las calles.

En una de sus últimas entrevistas resume en una frase su vida: “Puedo estar mejor, me logré integrar más a la corriente de la vida, pero llega marzo y de verdad el dolor se me viene encima”. Su casa, en la Villa Francia, se convirtió en un espacio de acogida para muchas personas que vieron en Luisa un referente de lucha y consecuencia. A ellos les expresó también su agradecimiento: “Yo le digo, honestamente, que le doy las gracias a la gente de la Villa y a todos los que nos han acompañado, porque sin ellos no somos nada”.