"Su aguda inteligencia, su indomable bondadoso corazón, su tenacidad, su coraje a toda prueba frente al horror y los abusos, su trato llano y abierto, serán recordados como una luz de esperanza y cómo un estímulo para seguir soñando, trabajando y luchando por un mundo en que la dignidad de todos y todas, y todes, sea una realidad". Son las palabras con que su familia despide a Fabiola Letelier del Solar. Recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos 2018 y en esa oportunidad recibió el homenaje sentido de todos quienes la acompañaron en su vida. Fue en el  hall central del Museo de Bellas Artes y ahí, en medio, está esta mujer menuda y bien parada. La rodean su familia, sus compañeros de trabajo del Comité Pro Paz, de la Vicaría de la Solidaridad, del Codepu; políticos de diversas tendencias, veteranos activistas pro derechos humanos, sus amigas de la Asociación de Detenidos Desaparecidos, de la de Ejecutados , de la de Presos Politicos, todos querían estar presente para rendir un homenaje largamente esperado. “La historia me obligó -expresó Fabiola Letelier en su discurso- a vivir como una luchadora social, y hoy puedo decir que estoy contenta con mi vida, aunque haya sido dura”. No podía estar ausente en su recuerdo, Orlando, su hermano querido, asesinado en Estados Unidos por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional, con la colaboración de la CIA: “Tus recuerdos y tus palabras me impulsaron a mantenerme firme. Yo no podía fallar a tu memoria”, expresó emocionada. Nacida el año 1929 en Temuco, en una típica familia chilena de la  “burguesía” como ella misma dice; su padre masón se empeño en dar a sus hijos la mejor educación laica y pública. Estudió derecho en la Universidad de Chile y su inserción en el mundo laboral tuvo todas las trabas que debía enfrentar entonces una mujer profesional con cuatro hijos. Con una destacada carrera como abogada y como activista de derechos humanos en Chile, participó en la Comisión Interamericana de Mujeres entre 1964-1970, luego en la organización de la UNCTAD y después del golpe militar se incorporó como abogada defensora de los perseguidos por la dictadura chilena en el Comité Pro Paz primero (1974) y luego en la Vicaría de la Solidaridad, entre 1976-1980. Fue también fundadora del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU) y abogado querellante en el asesinato de su propio hermano Orlando Letelier, ex Canciller del gobierno de Salvador Allende, caso en el cual consiguió la condena de Manuel Contreras y Pedro Espinoza, como Director y alto funcionario de la DINA. La distinción, entregada por el Instituto de Derechos Humanos (INDH), le fue otorgada por su vasta trayectoria como abogada humanitaria y por su incesante lucha en contra el terrorismo de Estado impuesto por la dictadura cívico-militar. Hoy, cuando ya partió, queremos recordar a Fabiola Letelier del Solar, escuchando sus palabras y escuchando el aplauso atronador que resonó en los muros del Museo de Bellas Artes: “Este premio no es ni debe ser sólo para mí, sino para todas las luchadoras y los luchadores anónimos que trabajaron y estuvieron conmigo por tantos años, muchos de ellos que hoy ya no están, y que jamás han sido reconocidos. También es hoy un recordatorio de la importancia de valorar y reconocer a todas y todos los que hoy siguen trabajando por la justicia en todo ámbito, luchando por la libertad, la democracia verdadera y el fin de la impunidad”.