Carmen Vivanco Vega (1916-2020).
“Me niego a declararlos muertos, no los he visto, no los he enterrado”.
Carmen nació en una oficina salitrera en 1916, donde muy joven se unió al movimiento obrero, participando en la Federación Obrera de Chile (FOCH) y convirtiéndose en militante del Partido Comunista. Más adelante, en la década del ‘30, se incorporó al Movimiento Pro-Emancipación de la Mujeres de Chile (MEMCH) y participó activamente por el triunfo del Frente Popular. Conoció la persecución tras la promulgación de la Ley Maldita que proscribió al Partido Comunista y fue detenida y relegada a Pisagua.
El 5 de agosto de 1976 fueron secuestrados por los agentes de seguridad, su esposo Óscar Ramos Garrido y su hijo Óscar Ramos Vivanco. Un día antes, habían sido detenidos su hermano, Hugo Vivanco Vega, y su cuñada, Alicia Herrera Benítez. Pocos días después fue detenido también su sobrino, Nicolás Vivanco Herrera. Todos ellos son hoy detenidos desaparecidos.
Comenzó entonces para Carmen una nueva lucha: la de conocer el destino de su familia y la de todos los miles de detenidos desaparecidos por la dictadura. Ese mismo año, 1976, participó en la fundación de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD). Hasta su muerte, a los 104 años, no cejó en su empeño por conocer la verdad, y es ella misma quien relata cómo comenzó su infatigable búsqueda.
“Después de que fueron detenidos, recurrí a un cuartel para saber dónde estaban, pero a Investigaciones y al Instituto Médico Legal no llegaron. Después fui a la Vicaría de la Solidaridad y me ayudaron a poner el recurso de amparo. Lo más probable es que me los mataron, pero yo no puedo vivir un duelo pues aún no veo sus cuerpos. Si viera sus restos podría hacer un duelo, pero la incertidumbre nuestra es eterna”. (Fuente: Memoria Viva).