Artículo 11 El niño cuidaba la planta que crecía en el macetero.

El niño cuidaba la planta que crecía en el macetero. 1,2,3,4, contaba las hojas, una y otra vez. Hasta que una mañana 1,2,3... una de las hojas desapareció. Fue el caracol!, dijo la madre. Fue nuestro hermano pequeño!, dijo la hermana mayor. Fue un ratón!, dijo el gato. Alguien los vio? preguntó el niño. Y entonces en toda la casa hubo un silencio que quería decir que en realidad nadie había visto nada. El niño les explicó que sin pruebas no podían culpar a nadie. Que hasta que se probara lo contrario el caracol, el hermano pequeño y el ratón, eran inocentes.

Artículo 12 Un hombre llegó al pueblo con su maleta.

Un hombre llegó al pueblo con su maleta. Nadie lo había visto antes. Nadie sabía de dónde venía ni cuanto tiempo pensaba quedarse, porque a ese hombre le gustaba el silencio. Entonces vino la voz ronca y dijo: “ese hombre es un extraño, ese hombre es peligroso”. Y luego vino un silencio que entró por las ventanas y por debajo de todas las puertas. Un silencio que solo terminó cuando la abuela preguntó a la voz ronca: “ Y tú cómo lo sabes?” Y sucedió que la voz no supo qué responder y se fue.

Artículo 13 Una niña tomó una hoja de papel, hizo con ella un barco y salió a navegar

Una niña tomó una hoja de papel, hizo con ella un barco y salió a navegar. Pasaron los días y vio, a lo lejos, un pueblo con árboles y animales (los árboles y los animales eran sus seres preferidos). Entonces bajó, deshizo el barco y volvió a doblar la hoja para construir con ella una casa. Porque sabía que en ese pueblo y en todos los pueblos, ella era bienvenida. Ella y todos los demás.
ARTICULO 13

Artículo 14 1,2,3,4 sombras perseguían a una mujer.

1,2,3,4,5 sombras perseguían a una mujer. Así que esa mujer, cansada, decidió pedir ayuda. “Toc, toc, toc”, tocó una puerta. Otra mujer, abrió la puerta, la hizo pasar, le dio un abrazo. Juntas, llamaron a la estrella que vivía en el cielo. Y la estrella alumbró, alumbró, alumbró tanto que las sombras se hicieron pequeñas, tanto que, asustadas, desaparecieron para siempre.
ARTICULO 14

Artículo 15 Los hombres, las mujeres, los niños y las niñas tienen un país.

Los hombres, las mujeres, los niños y las niñas tienen un país. Como las estrellas tienen un cielo y los árboles, un bosque verde, lleno de pájaros. Y así como ellos, los pájaros, qué vuelan y luego vuelven al nido, esos hombres, esas mujeres, esos niños y esas niñas pueden salir de ese país. Elegir si quedarse o volver. Elegir el nido, el cielo donde habitar.
ARTICULO 15
"1- Toda persona tiene derecho a una nacionalidad. 2- A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad"

Artículo 16 Cuando el hombre y la mujer se dieron la mano

Cuando el hombre y la mujer se dieron la mano, les pareció que el día era más brillante y los pájaros cantaban con más fuerza. – Quieres casarte conmigo?, preguntó ella. – Claro que sí, respondió él. Y entonces formaron una familia, a la que con el tiempo se sumaron: una niña, un niño (también dos gatos y una mariposa blanca).

Artículo 17 El niño pasó la mañana observando la casa del caracol

El niño pasó la mañana observando la casa del caracol: era redonda y liviana (una casa perfecta, pensó). La niña pasó la tarde observando la casa del pájaro: era un nido, pequeño y tibio (una casa acogedora, pensó) La mujer pasó la noche observando la casa de la luna: era un cielo oscuro y profundo (una casa hermosa, pensó) Y a la mañana siguiente contaron a los demás lo que habían visto. También soñaron con la suya: una casa perfecta para el niño, una casa acogedora para la niña, una casa hermosa para la mujer.

Artículo 18 Un abuelo habla de su dios y para hacerlo utiliza palabras amables.

Un abuelo habla de su dios y para hacerlo utiliza palabras amables. Su nieto lo escucha e imagina a ese dios de trigo, ese dios de sol, ese dios de lana, tejido con el paisaje dónde jugaba su abuelo, cuando al igual que él, era un niño. Y ambos le dan las gracias. Por el día, por el cielo, por estar juntos. Una abuela habla de su dios y para hacerlo utiliza una canción que le enseñó su madre. Su nieta la escucha e imagina a ese dios de agua, ese dios de nube, ese dios de espuma, que nació del mar en el que su abuela se bañaba, cuando al igual que ella, era una niña.

Artículo 19 La mujer había pasado muchos años cuidando su huerta

La mujer había pasado muchos años cuidando su huerta y conocía mejor que nadie los árboles, los insectos, los frutos y las flores que crecían ahí. Cada tarde, se sentaba en una silla y decía en voz alta los descubrimientos del día: “La estación preferida del tomate es el verano”. “La abeja es la mejor amiga de las dalias”. “La cebolla usa abrigos transparentes”.

Artículo 20 Los niños del pueblo decidieron hacer una reunión.

Los niños del pueblo decidieron hacer una reunión. La invitación decía: Día: hoy Lugar: la plaza Hora: cuando el sol esté justo encima del techo de las casas. Motivo: conversar y jugar. Te esperamos! Los gatos, que cuando los carteros están ocupados trabajan como ayudantes, se encargaron de que todos en el pueblo la recibieran. Y saben qué pasó? que todos asistieron. Jugaron, conversaron y hasta tuvieron tiempo para contarse los sueños. Al despedirse coincidieron en que había sido una tarde perfecta, como la casa de un caracol. Tanto que acordaron repetirla la semana siguiente.