Roberto Garretón Merino, dedicó su vida a la defensa de los Derechos Humanos en Chile y en el mundo. Siendo un jóven abogado participó en el Comité Pro Paz, creado en octubre de 1973 por el Cardenal Silva Henríquez para la defensa de los Derechos Humanos en el contexto de la recién instaurada dictadura militar. Desde allí tuvo una destacada participación en los Consejos de Guerra, defendiendo a decenas de acusados, indefensos ante un aparato estatal autoritario. Luego de la forzada disolución del Comité, pasó a formar parte del equipo de la Vicaría de la Solidaridad dirigiendo el Departamento Jurídico entre los años 1981-1990. 

Con la vuelta de la democracia fue nombrado Vicepresidente de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en representación de Chile (1993); Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR (1996-2000); participó en Mesa de Diálogo de Derechos Humanos en Chile (1999-2000) y fue integrante del Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos (2006-2016).

Su compromiso irrenunciable con los Derechos Humanos lo llevaron a tener también una destacada participación en su defensa a nivel  internacional  y a participar en la discusión, entre 1991-1994 de la Declaración sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos.

Fue Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, para América Latina y el Caribe, (2001-2005); participó en el Consejo Asesor del Secretario General de las Naciones Unidas sobre Prevención del Genocidio, siendo el único chileno participante, junto al Obispo Desmond Tutu; Sadako Ogata, Juan Méndez, Romeo Dallare. (2006) y Comisionado de la Comisión Internacional de Juristas, con sede en Ginebra  entre 2008 y 2018.

Participó en misiones de Derechos Humanos en Colombia, Perú, Paraguay, Uruguay, Indonesia , México, El Salvador, Honduras, Guatemala, Brasil, Argentina, Senegal, Ruanda, Uganda, Zaire , Etiopía, Filipinas, Sierra Leona, Chad, Togo, Malasia, Tailandia, Georgia, Italia, Marruecos, Túnez, Libia.

En 2020 recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos  y en esa ocasión Roberto Garretón Merino expresó lo que significó en su vida su paso por el Comité Pro Paz y por la Vicaría de la Solidarida : "Allí compartí con maravillosas personas este largo camino vital, en que hacíamos carne los principios de la carta de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en el contexto dictatorial y cruento de la época. Permítaseme, así, rendir un especial homenaje a todas y cada una de las personas con quienes compartí en esa institución de luz y vida, en medio de las tinieblas, y personificar este homenaje en José Manuel Parada, quien fuera también una de las víctimas de la dictadura. Mi recuerdo especial al Cardenal Raúl Silva Henríquez y a dos de mis maestros en esta tarea, Jaime Castillo Velasco y Andrés Aylwin Azócar. Mi homenaje también a todas las víctimas, sus familiares y organizaciones, en su lucha constante por verdad y justicia, sin la cual ningún trabajo por los Derechos Humanos habría sido posible. Los evoco hoy a todos y todas ellas a través de los nombres de Sola Sierra, Viviana Díaz, Ana González y Edita Salvadores".