A comienzos de noviembre de 1973, cuando el Estadio Nacional comenzaba a vaciarse en preparación para el partido entre Chile y la Unión Soviética por las eliminatorias al Mundial de Alemania 1974, cientos de detenidos fueron trasladados hacia el norte. El recinto deportivo, que durante casi dos meses había funcionado como el principal centro de detención política de Santiago, debía “volver a su uso normal”. Bajo ese pretexto, los prisioneros fueron subidos a buses y aviones militares con destino al desierto de Atacama. Su nueva prisión sería un antiguo pueblo salitrero abandonado: Chacabuco.

Ubicado a unos 110 kilómetros al sur de Antofagasta y a más de 1.500 kilómetros de Santiago, Chacabuco había sido una oficina salitrera perteneciente a la Sociedad Química y Minera de Chile (SQM), abandonada desde 1938 y utilizada ocasionalmente por el Ejército para ejercicios militares. En los primeros días de noviembre de 1973, ese lugar fue reabierto como campo de prisioneros políticos, bajo la jurisdicción de la Primera División del Ejército con sede en Antofagasta.

Durante casi un año, hasta octubre de 1974, el campo albergó entre 600 y 1.000 detenidos. Muchos de ellos provenían del Estadio Nacional y de otros recintos del país. Vivían en pabellones de adobe con pequeñas habitaciones donde se ubicaban seis personas por casa. Contaban con un comedor común, duchas de agua fría y luz eléctrica hasta julio de 1974. El aislamiento, el viento y el clima extremo del desierto marcaron las condiciones de vida de los prisioneros, que resistieron el encierro organizando talleres, obras de teatro, clases y cantos que aún se recuerdan como gestos de dignidad y humanidad.

Durante la primera mitad de 1974 algunos fueron liberados y otros trasladados desde distintos puntos del país. A partir de julio, el campo comenzó a vaciarse paulatinamente. Los últimos 302 prisioneros, identificados con “ficha policial”, fueron trasladados desde Pisagua. El cierre definitivo se produjo en octubre de 1974, aunque algunas fuentes mencionan nuevos traslados en los primeros meses del año siguiente.

Hoy, Chacabuco es un Sitio de Memoria y Monumento Nacional. Sus ruinas conservan los nombres escritos en las paredes y los objetos creados por los prisioneros. Recordar su historia es también recordar el tránsito desde el Estadio Nacional hacia el desierto: un desplazamiento forzado que buscó el silencio, pero que terminó convirtiéndose en testimonio y memoria.

LINK DE INTERÉS 

Campo de prisioneros Chacabuco
https://www.vicariadelasolidaridad.cl/documentos/campo-de-prisioneros-chacabuco

Corporación Chacabuco
https://corporacionchacabuco.cl/corporacion/