El 11 de septiembre es una fecha difícil de plasmar en el calendario de Chile. El Golpe de Estado que se inicia brutalmente este día, nos conecta con el bombardeo a la institucionalidad, el colapso de un sueño, la violencia que eclipsa el diálogo y el entendimiento. Ese martes gris en nuestra historia nos hace revivir el horror, el sufrimiento, el desconcierto, el miedo, la fractura familiar y social, la tortura, la desaparición, el exilio, que se arraigó durante 17 años de dictadura.

Es difícil escribir sobre esta fecha, sin pensar en las miles de cicatrices que han quedado grabadas en nuestra sociedad. Por eso, recurrimos a la poesía de esa época, escrita en medio de la clandestinidad y la censura.

Habría que comenzar con la reciente Premio Nacional de Literatura 2024, Elvira Hernández, quien, con su capacidad para capturar la esencia de la experiencia humana, nos revela esos terribles años de nuestra memoria colectiva y reflexiona sobre nuestra identidad.

La Bandera de Chile es extranjera en su propio país
no tiene carta ciudadana
no es mayoría
ya no se la reconoce
los ayunos prolongados le ponen el pulgar de la muerte
las iglesias le ponen la extremaunción
las Legaciones serpentina y sonido de trompetas

La Bandera de Chile fuerza ser más que una bandera

El editor Rodrigo Landaeta, nos da luces sobre la poesía de Elvira:

El libro El orden de los días trata de una topografía fragmentada de Chile durante los años de dictadura, signados por la represión explícita. La percepción del tiempo y el estado de cosas, los días y su orden, se muestran a través de una constatación pormenorizada y a la vez discontinua del presente. En este repertorio aparecen, a través de un estilo enrarecido a veces, otras veces llano, significantes de la época vivida en el cruce de lo íntimo y lo social. Están los sujetos de la vida, los testigos-nadie, los propios días, humanizados por un sentir colectivo de incertidumbre.

«¿Alguien sabe algo que pueda decirlo? / ¿por qué el sudor como un pantano dulce de algas hidrosolubles? / ¿y el ojo como una lengua elongada desorillando las cosas?». Se trata, en estas preguntas formuladas en el poema «Miércoles de ceniza», de interrogantes que constatan el estado de perplejidad de una conciencia extrañada que fisura el lenguaje, aunque la primera de ellas sirva como marco general para la más urgente que se hacía el país en ese momento: ¿Dónde están los desaparecidos?

Un interesante artículo de Naín Nómez, analiza sobre la necesidad de reconstruir la historia a través de la poesía, destacando a Víctor Jara como el primero que plasmó su sentir, un poco antes de ser cruelmente asesinado, con el poema “Somos cinco mil”. La condición humana bajo la represión se ve retratada también en los escritos del joven de 17 años, Aristóteles España, recluido en el campo de concentración de Dawson.

¿Qué será de Chile a esta hora?

¿Veremos el sol mañana?

Se escuchan voces de mando y entramos en un callejón esquizofrénico (...)

se encienden focos amarillos a nuestro paso.

Las ventanas de la vida se abren y se cierran.

        ("Llegada")

 

Los alambres de púa son como espinas envenenadas

dispuestas a clavarse en la sien,

sonríen, afilan sus tenazas (...)

Al mediodía abren sus garras,

sus pulmones metálicos (...)

son cordeles de un buque fantasma,

grises pedazos de una época

que será condenada por todos los siglos de los siglos.

        ("Los alambres de púa")

En el exilio, Alfonso Alcalde escribe sobre "el último sonido/ que todavía escucho de Chile / al fondo de mis 40 mil muertos" ("Golpe tercero") y señala que "el mar subió en un 450%, / el dolor en un 78,3%, / la ira en un 1.234% /... y la muerte un 5.678%" ("Golpe duodécimo"). 

Otros y otras escriben poesía donde relatan la cotidianidad, como crónicas veladas; otros se funden con significados como el Purgatorio de Raúl Zurita, Causas perdidas de Teresa Calderón, Los enemigos de Pablo Neruda o El guion de los desaparecidos de Eugenia Brito. Aquí parte de esta última:

Reconstruir la luz para los que nunca más la verán
la luz que nace de ellos
asilada luz permaneciente en el
desván de la mirada
desaparecida
tachada
es el guion reconstituido de esa muerte
no del todo vivida
porque vuelve inconclusa a aparecer
a vigilar la vida desde lejos.

Y así, muchos otros artistas de la palabra lograron transformar el dolor en ritmos y formas de un lenguaje difícil de verbalizar. A 51 años del Golpe de Estado, seguimos con heridas que intentan sanar. Esa bandera de Chile, que ha simbolizado tanto dolor, también puede ser un emblema de esperanza y justicia. Prendamos velas para que así sea y para recordar a tantas personas que ya no están.

 

LINKS DE INTERÉS

Poemas chilenos de la desaparición. Revista Santiago.
https://revistasantiago.cl/literatura/poemas-chilenos-de-la-desaparicion/

Elvira Hernández. Memoria chilena
https://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-3405.html

El orden de los días, de Elvira Hernández / Rodrigo Landaeta.
https://luvina.com.mx/el-orden-de-los-daas-de-elvira-hernandez-rodrigo-landaeta/

«Reconstruir la luz»: poemas contra la dictadura militar en Chile
https://capiremov.org/es/cultura-es/reconstruir-la-luz-poemas-contra-la-dictadura-militar-en-chile/

Elvira Hernández, poeta chilena: «El golpe de Estado nos cambió completamente». EFE
https://www.swissinfo.ch/spa/elvira-hern%C3%A1ndez-poeta-chilena-el-golpe-de-estado-nos-cambi%C3%B3-completamente/48991050

La poesía chilena: Representaciones de terror y fragmentación del sujeto en los primeros años de dictadura
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-68482008000100007

La bandera de Chile. Elvira Hernández
https://www.memoriachilena.gob.cl/archivos2/pdfs/mc0031024.pdf

Elvira Hernández es la segunda poeta chilena en recibir el Premio Nacional de Literatura 2024
https://www.cultura.gob.cl/actualidad/elvira-hernandez-es-la-segunda-poeta-chilena-en-recibir-el-premio-nacional-de-literatura-2024/

“Los enemigos” y algunos poemas sobre la dictadura chilena
https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/los-enemigos-y-algunos-poemas-sobre-la-dictadura-chilena/

 

 

Fotos: Pilar Egaña Vial.