La parte final del encuentro se realizó en el Salón de Actos del Palacio Arzobispal, otro lugar cargado de historia. Fue allí donde, en plena dictadura, se organizaron vigilias, se recibieron delegaciones de organismos internacionales de derechos humanos y se realizaron actos culturales que devolvían aire y ánimo a una sociedad asfixiada.

En ese mismo salón, ex funcionarios como Ramiro Olivares y Viviana Heller compartieron sus testimonios. Hablaron del miedo y de la fuerza, de jornadas que terminaban tarde redactando recursos legales, de visitas a poblaciones y cárceles, de la amistad entrelazada en los pasillos, de la certeza de estar haciendo lo correcto aun cuando todo alrededor parecía decir lo contrario.

El Cardenal Fernando Chomali, Arzobispo de Santiago, además de reconocer quién era EL Cardenal, cuando se referían a Raúl Silva Henríquez, cerró ese bloque hablando sobre el deber ético de no trivializar nunca el sufrimiento vivido en dictadura.

“Nunca voy a poder comprender en su cabalidad lo que significó esa época. Nunca voy a poder entender el dolor, la indignación, la impotencia. Ese es un dolor que traspasa el alma, que nunca vamos a entender y con el cual tenemos que ser tremendamente respetuosos. Y tal vez, si hay un cuidado que tenemos que tener hoy es no frivolizar esta situación, ni tampoco minimizarla, ni tampoco superficializarla. Es un tema hondo que toca las raíces mismas de una sociedad porque se violenta lo más sólido y sagrado que tiene todo ser humano que es su dignidad”, reflexionó.

Durante toda la jornada también estuvieron presentes el Vicario General del Arzobispado de Santiago, Monseñor Alberto Lorenzelli y Monseñor Manuel Camilo Vial, quien fue Obispo Auxiliar de Santiago en tiempos de dictadura.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fotos: Diego García-Huidobro y Pilar Egaña V.

Pronto se subirán los registros del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos y del Arzobispado de Santiago.