Hornos de Lonquén

“Alrededor del 25 de septiembre de ese año ’73, dos semanas después del golpe militar, vino una comisión del Consejo Mundial de Iglesias. Fueron a conversar conmigo, yo era Obispo Auxiliar y Vicario de la Zona Oeste de Santiago (teníamos la sede en la calle Bernal del Mercado). Me dijeron: «mire, el problema de los extranjeros se va a solucionar dentro de un par de meses, pero el problema pendiente es el problema de los chilenos. Entonces, convendría crear un organismo más estable, más permanente para el caso de la violación de los Derechos Humanos». Porque ya habían aparecido muchos casos en distintas partes, cadáveres que quedaban botados en las calles para amedrentar y entonces, iniciamos conversaciones. Fui a hablar con el Cardenal don Raúl Silva, me dijo: «Encárgate tú, por la Iglesia Católica». Y junto con el Obispo luterano don Helmut Frenz; el Rabino judío don Angel Kreiman; de la Iglesia Ortodoxa, don José Elías; y también con pastores de algunas Iglesias evangélicas, nació lo que se llamó Comité de Cooperación para la Paz y nació exactamente el día 4 de octubre de 1973, el día de San Francisco. Todo se resolvió en forma muy rápida, tres semanas después del golpe militar”.

Monseñor Fernando Ariztía 

Cronología
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