El autor, un psicólogo destacado, examina la naturaleza de los relatos, deteniéndose en cómo ellos, sean judiciales, literarios o aquellos que contamos sobre nosotros diariamente, nos permite construir nuestro Yo. Ellos nos permiten caminar por la vida y hacer menos temibles los imprevistos y quiebres de la vida, dándoles un sentido o, si no es posible, remitirlos a otros relatos instalados en nuestra memoria. “Ninguna cultura humana puede actuar sin algún medio para tratar los desequilibrios previsibles e inherentes a la vida en común. Aparte de todo lo demás, lo que una cultura debe hacer es escoger medios para mantener refrenados intereses y aspiraciones incompatibles. Sus recursos narrativos- cuentos populares, historias anticuadas, su literatura en evolución, incluso sus tipos de chisme- sirven para convencionalizar las desigualdades que ella genera, manteniendo refrenados sus desequilibrios y sus incompatiblilidades”.
Datos de publicación
Fondo de Cultura Económica, 2013